Última modificación: 2022-08-25
Resumen
Es innegable la importante transformación de la sociedad que se generó a partir de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (Asamblea General de la ONU, 1948); los diversos pactos y convenciones que especifican y amplían esos derechos, así como los mecanismos para garantizarlos, tanto en el sistema universal y los regionales de protección de derechos humanos, desde su creación, se han enfrentado a una problemática que parece imposible de resolver: la violencia de género.
El objetivo de esta presentación es mostrar que las manifestaciones colectivas por el reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres y las personas de la diversidad sexual han sido insuficientes para erradicar la discriminación y violencia que por razón de género padecen las personas.
Del mismo modo, señalar la forma en que las naciones ignoran el compromiso y obligaciones que surgen a partir del desarrollo e interpretación progresiva de los derechos humanos que, en sedes nacionales e internacionales, han forjado los órganos jurisdiccionales y no jurisdiccionales encargados de proteger y garantizar, entre otros derechos humanos, el derecho a una vida libre de violencia.
Describir la violencia de género desde la normalización de la discriminación, generada por un sistema de relaciones desiguales de poder, principalmente, verticalizadas desde un modelo hegemónico que privilegia, por un lado, notablemente a los hombres frente a las mujeres y, por el otro, reduce la dignidad de las personas que no cumplen con los parámetros ideados desde la hegemonía masculina.
Reconocer, desde su significado y esencia, la igualdad como el antídoto contra la discriminación. Para ello, es necesario exponer el poder que brinda la heteronormatividad frente a la diversidad sexual y el poder que se tiene por no ser mujer, es decir, el poder de la masculinidad hegemónica.
Finalmente, reflexionar cómo los actuales estudios y movimientos a favor de masculinidades comprometidas con los derechos humanos son necesarios para provocar los cambios culturales que permitan erradicar la discriminación y sus formas violentas de manifestarse.
De esta manera, analizaremos algunos de los programas que con éxito han conseguido la igualdad y no discriminación en la vida de las personas, así como su contribución para expandir estos esfuerzos que complementan las batallas ganadas en materia de derechos humanos de las mujeres y la población sexual y afectivamente disidente.
Palabras clave: Género. Derechos Humanos. Violencia de género. Masculinidades.