Última modificación: 2024-10-30
Resumen
La comunidad de Escárcega enfrenta desafíos significativos en el ámbito económico, especialmente entre productores agrícolas debido a problemas de comercialización. En el estudio se pretende investigar si una colaboración entre estos productores con los emprendedores que dependen de la producción agrícola como insumo principal puede beneficiar a ambos sectores para promover un desarrollo económico y sostenible en la comunidad. Para ello, se recurre a los principios de la economía social y solidaria la cual “tiene por objetivo garantizar la producción y reproducción de las condiciones materiales e inmateriales que posibiliten el buen vivir” (Coraggio, 2011, p.13). En conjunto, esta investigación espera aportar un diagnóstico sobre las oportunidades y beneficios potenciales de la colaboración entre estos sectores, para mejorar las condiciones de producción y comercialización. Con esto, se busca contribuir al desarrollo sostenible de Escárcega y fomentar un entorno económico más equitativo y resiliente en la región.
Actualmente en la comunidad de Escárcega surgen problemas en el ámbito económico tanto de los productores agrícolas como de los emprendedores locales que utilizan como insumo la materia prima de los productores agrícolas. Esto debido a que los agricultores enfrentan problemas para vender el producto que cultivan, lo que lleva a un excedente que desperdicia recursos y limita el ingreso económico. De igual manera, los emprendedores tienen dificultades para obtener recursos de calidad a precios accesibles, lo que limita la capacidad de producción y por tanto de las ventas.
Se tiene como objetivo analizar cómo la colaboración entre productores agrícolas y emprendedores locales puede beneficiar a ambos sectores y promover al desarrollo económico y sostenible de la comunidad basados en los principios de la economía social y solidaria.
La investigación es de tipo descriptiva siguiendo la definición de (Bernal, 2010), “reseña rasgos, cualidades o atributos de la población objeto de estudio”, ya que se busca caracterizar el estado actual de la producción y comercialización con un enfoque cualitativo al generar un encuadre en las percepciones y experiencias de los productores y emprendedores mediante entrevistas semi estructuradas.
Producción:
Los productores encuestados muestran una amplia diversidad de experiencia, desde agricultores con 12 a 20 años en la producción agrícola hasta emprendedores de productos con valor agregado, algunos apenas comenzando. Esta variedad refleja la coexistencia de productores consolidados y emprendedores en formación. Uno de los mayores desafíos es la falta de sistemas de riego por los altos costos, lo que hace que la producción dependa de las lluvias estacionales. El cambio climático ha reducido la regularidad de las precipitaciones, afectando la producción y las ventas anuales, especialmente en cultivos como el frijol, que se concentran en primavera, provocando periodos de inactividad económica. Por otro lado, los emprendedores de productos procesados no dependen tanto de estas condiciones climáticas. La producción varía según el tipo de producto; por ejemplo, el frijol mucuna produce entre 250 kg y 2 toneladas por temporada. Muchos productores utilizan insumos del programa Sembrando Vida y recursos locales como frijol mucuna, chihua y maíz, lo que mantiene prácticas tradicionales, pero también crea vulnerabilidad ante interrupciones en la disponibilidad de estos insumos. Abastecerse de proveedores locales ofrece ventajas en tiempos de entrega, aunque puede limitarse por precios no competitivos o productos de baja calidad. El alto costo de insumos, especialmente fertilizantes, herramientas y maquinaria, afecta la rentabilidad. Sin embargo, los emprendedores tienen acceso a materias primas más accesibles, lo que ayuda a reducir algunos costos. El control de plagas es otro reto importante, ya que el uso de productos comerciales aumenta los gastos operativos. Esto subraya la necesidad de implementar estrategias de manejo integrado con apoyo técnico y financiero para reducir costos y mejorar la sostenibilidad.
Comercialización:
Algunos productores venden directamente al público local mediante puestos, tiendas y entrega a domicilio, concentrándose principalmente en Escárcega, lo que fortalece la economía local y facilita relaciones cercanas con los consumidores. Sin embargo, algunos no han comenzado a comercializar ni identificados compradores específicos. La falta de planificación en varios emprendimientos limita su crecimiento. A pesar de cierta diversificación en los puntos de venta, se detectó escaso uso de redes sociales, lo que reduce el alcance de los productos. Los productores gestionan la distribución directamente, lo que permite mayor control y adaptación a las necesidades del cliente, pero varios carecen de claridad sobre sus costos, lo que lleva a errores en la fijación de precios. Muchos fijan precios por comparación con otros productos, pero esta práctica puede afectar su rentabilidad si no consideran la diferenciación de sus propios artículos. Además, el regateo constante reduce las ganancias, y algunos mencionaron precios de referencia de $27 o $45 por kilo. La publicidad se basa principalmente en bocear los productos limitando el reconocimiento más allá del entorno inmediato. No se han implementado promociones activas para atraer nuevos consumidores. Los productos, elaborados de forma artesanal, sin químicos y con ingredientes naturales, atraen a quienes valoran la salud y el medio ambiente, pero esta ventaja competitiva no se ha explotado estratégicamente.
Los resultados del proyecto muestran que la colaboración entre productores y emprendedores generaría múltiples beneficios en las dimensiones económica y social. Esta cooperación no sólo mejora el mercado local y fortalece la economía regional, sino que también contribuye al desarrollo integral de los participantes, consolidando los valores de solidaridad e inclusión que caracterizan a la Economía Social y Solidaria.
Los emprendedores al elaborar sus productos con insumos producidos por los productores agrícolas, generan una mayor demanda para los agricultores. Esta dinámica permite que ambos sectores obtengan ventajas: los productores tienen un mercado más estable que permite aumentar ventas al vender los excedentes que antes se despreciaban, mientras que los emprendedores acceden a materias primas de calidad y a menor costo. Este proceso refleja lo que Guridi y Mendiguren (2014) llaman una economía basada en relaciones consensuadas y justas de intercambio, donde el valor se distribuye de manera equitativa. La colaboración entre productores agrícolas y emprendedores locales es una herramienta clave para fortalecer la economía local, enfocándose en los principios de la Economía Social y Solidaria (ESS). La unión de estos sectores también promueve el desarrollo personal y profesional de los participantes, lo que destaca la dimensión humana de la ESS. Como señala Coraggio (2009), la ESS implica la consolidación de comportamientos solidarios y la construcción de un proyecto socio-cultural que busca incluir a todos los actores sociales, fomentando el bien común.