Los microplásticos (MPs) son partículas de tamaño menor a 5 mm clasificados en primarios (usados en cosméticos, medicamentos, etc.) y secundarios (derivados de la degradación física y/o química de desechos plásticos) por su origen, o en fragmentos, películas, esferas y espumas por su forma. Los primeros registros de MPs en ambientes acuáticos marinos se remontan a 1972, y se han incrementado al aumentar la cantidad de desechos plásticos en ellos. Son pocos los estudios sobre MPs en cuerpos de agua dulce, tal es el caso del Río Bravo (RB), dónde no se ha monitoreado la presencia de MPs. El objetivo principal de este estudio es el de detectar microplásticos en el agua del RB para determinar su impacto en la toxicidad de metales pesados en componentes de zooplancton. Inicialmente se tomaron muestras de agua en tres sitios del RB a lo largo de la sección Ciudad Juárez-El Paso: Borderland, Casa de Adobe y Guadalupe. Las muestras de agua se colectaron concentrando 10 L de agua (tres muestras por sitio) a través una red de plancton (63 µ). Las muestras se procesaron filtrándolas por membrana de nitrocelulosa (0.45 µm), digiriéndolas con H₂0₂, separando los MPs por densidad con CaCl₂ y filtrando con membrana de nitrocelulosa (0.45 µm). Las muestras fueron teñidas con Rojo Nilo; se cuantificaron y clasificaron por microscopía de fluorescencia. Posteriormente, mediante una prueba de Kruskall-Wallis se determinaron diferencias en la concentración de MPs entre sitios. La presencia de MPs se observó en los 3 sitios, detectándose de 3.70—10 partículas/L: Casa de Adobe presentó la mayor concentración de partículas. Solo se identificaron tres tipos de partículas: fibras, fragmentos y películas con distintas abundancias, siendo las fibras las más abundantes (63%); diversos estudios indican que las fibras se detectan con mayor frecuencia en cuerpos de agua cercanos a ciudades. El análisis estadístico indicó que no existen diferencias entre las concentraciones de los tres sitios (p>0.99). Una vez determinada la concentración de MPs en seis sitios del RB, se establecerán concentraciones ambientalmente relevantes para evaluar el efecto en la toxicidad de metales pesados presentes en el Río Bravo.