El concepto de Gobierno Abierto he emergido como un nuevo enfoque aglutinador de  esfuerzo por mejorar las capacidades del  gobierno y modernizar las administraciones públicas, bajo los  principios de la transparencia y rendición de cuentas, además de la apertura, la participación  y  la  colaboración. Consiste en un nuevo paradigma sobre la gobernanza que establece la idea de una nueva forma de gobernar a partir de una relación fuerte y constante entre sociedad civil, ciudadanía y gobierno, para crear soluciones ante los problemas públicos. Sin embargo, en la práctica este concepto tiende a ser ambiguo e incluso puede llegar a confundirse con otras expresiones parecidas, tales como gobierno electrónico.

Con base en lo anterior, el objetivo del presente trabajo, es concretar una delimitación conceptual de este nuevo paradigma. Para ello, se realizó una revisión bibliográfica y documental que permite ubicar el desarrollo, en principio, de los atributos conceptuales, dimensiones y elementos de observación que definen las diferencias empíricas del concepto, por un lado el modelo de gestión pública para fortalecer la gobernanza (gobierno abierto) y el instrumento (gobierno electrónico). En la segunda parte del trabajo se abordan ambos conceptos desde el caso mexicano, con el análisis estadístico de principales encuestas, índices e indicadores,  que aportan al estudio y explicación. Los principales hallazgos resultan, en un primer momento,  en un gobierno carente de acciones eficaces a pesar de llevar casi diez años buscando un gobierno abierto (desde su ingreso en la Alianza para el Gobierno Abierto en 2011): La percepción de la corrupción sigue siendo alta, lo que se traduce en poca transparencia, la información pública no suele ser de fácil acceso ni suele ser publicada oportunamente, los espacios de participación siguen siendo limitados y los ciudadanos prácticamente no tienen relevancia en los procesos de toma de decisiones.