La pandemia del COVID-19 llevó a que parte de la fuerza de trabajo mexicana adoptara nuevas formas de realizar sus actividades laborales, como el home office[1]. En este panorama, las mujeres se han visto mayormente afectadas, el trabajo doméstico y de cuidados de personas aumentó como resultado de las consecuencias del brote de COVID-19; por el cuidado de pacientes y adultos mayores en casa, cierres de escuelas y las cuarentenas obligatorias. A nivel mundial, hacen dos veces y media más de trabajo doméstico y de cuidados no remunerados que los hombres (PNUD, 2020, p.6). El objetivo de este trabajo es revisar cuáles dimensiones y categorías de análisis permiten detectar las expresiones de la sobrecarga laboral que experimentan las mujeres en materia de salud, educación, conciliación y armonización, vida familiar, trabajo, etc. ante el confinamiento por COVID-19, con la expectativa de reflexionar cómo se han evidenciado las actividades de home office en las dinámicas personales y familiares. La metodología sugerida es documentar lo ocurrido con base en publicaciones académicas-científicas y complementar con registros hemerográficos, donde los primeros indicios sugieren que en materia de empleo y home office, aumentó el desempleo de las mujeres. En concreto, ellas han visto elevada la carga de cuidados, tareas del hogar y han experimentado la preocupación que deja la pandemia en su progreso profesional y en sus carreras.

[1] También llamado teletrabajo: es un modo de trabajo en el que las y los trabajadores pueden realizar sus actividades profesionales desde otros espacios, fuera de la empresa.