Fernando Lapuente García (http://orcid.org/0000-0003-4631-071X) y Alberto Castro Valles (https://orcid.org/0000-​0001-6589-0073)

Las tasas de migración de Centroamérica hacia los Estados Unidos han tenido un incremento considerable en el último periodo entre los años 2020-2021. El flujo de tránsito de personas jóvenes entre 18 y 35 años ha incrementado, según datos del anuario de migración y remesas realizado por la CONAPO en el año 2020, de la población mundial migrante que data de 272 millones de migrantes el promedio en edad de mujeres y hombres es en población joven (CONAPO, 2020). Según datos del Colegio de la Frontera Norte en el año 2019, antes de la pandemia el 30.3 % de la población migrante en Ciudad Juárez era de 18 a 29 años, siendo el mayor rango de edad (COLEF, 2020). Los cambios de las políticas migratorias estadounidenses propiciaron movimientos significativos de tránsito migratorio internacional a través de México con factores relevantes de vulnerabilidad de los derechos humanos ante dificultades económicas y sociales. Los cambios adaptativos socioculturales que los jóvenes migrantes centroamericanos experimentan en el tránsito generan necesidades de investigación y comprensión de las condiciones psicosociales de los mismos. El análisis de los procesos subjetivos e identitarios con los que se migra, teniendo la mirada desde quien sale de su país para buscar mayores oportunidades, es pertinente en el ámbito de la psicología social. Los procesos de identificación-subjetivación de jóvenes en condiciones de migración internacional, se traducen en la conciencia de sí en medio de un conjunto de representaciones culturales y una serie de interacciones entre el proceso inmaterial. Mediante un acercamiento al objeto de estudio utilizando cuestionarios breves con participantes jóvenes migrantes desde una perspectiva cualitativa exploratoria, se analizan hallazgos importantes al abordar el conflicto desde el país de origen. Se arguye sobre la identificación-subjetivación desde diferentes enfoques teóricos para abordar la salida del país de origen, específicamente Honduras, Guatemala y El Salvador. Se argumenta, además, que los cambios subjetivos constantes de jóvenes migrantes posibilitan la apropiación de su propia experiencia de vida según el contexto específico sociocultural que problematiza las políticas de migración mexicanas ante la vulnerabilidad de los derechos humanos fundamentales.