Las grandes urbanizaciones populares de la zona norte de la Ciudad de México experimentan procesos de deterioro urbano y social muy profundos. Las políticas urbana insuficientes e ineficientes en los diversos aspectos de esas urbanizaciones y el enraizamiento de prácticas y relaciones clientelares y corporativas han agudizado las problemáticas sociales de miles de pobladores pobres que se asientan en decenas de barrios, colonias y pueblos de la periferia.

En un contexto de segregación socioespacial, inseguridad pública y deterioro de las relaciones sociales locales, emergen o se visibilizan actores sociales y culturales que tratan, desde diversas metodologías, experiencias, formas de organización, objetivos particulares y recursos enfrentar las situaciones de marginación y exclusión social que viven sus comunidades desde una perspectiva local, pero haciendo uso de recursos y medios característicos de los procesos de globalización.

A partir de un proyecto de investigación que consistió en la elaboración de un diagnóstico cultural participativo se identificó la presencia de diversas agrupaciones y colectivos culturales en una de las zonas más conflictivas del norte de la ciudad: el Valle de Cuautepec. Posteriormente, se dio seguimiento a la dinámica cultural de esas y otras agrupaciones ya no sólo de esa localidad sino las que trabajan en la Alcaldía Gustavo A. Madero. Después de cinco años de indagación del contexto y quehacer de los actores culturales de la zona norte de la ciudad se hace un corte para analizar el proceso sociocultural en su conjunto. En la ponencia se pretende, por una parte, analizar el contexto y la dinámica cultural que tienen estas organizaciones: sus líneas de acción, sus preocupaciones, los obstáculos y dificultades que padecen, su relación con las comunidades y las políticas culturales de los gobiernos local y central, entre otros aspectos; y por otra, se hará una reflexión sobre la presencia de nuevos actores sociales y nuevas maneras de organización del trabajo cultural en entornos de conflictividad social, en donde la autogestión, las redes, la cooperación y el ejercicio de los derechos culturales son formas de acción que han incorporan paulatinamente estos actores en su labor social, cultural y hasta política.