La suspensión de las actividades educativas de manera presencial, de un día para otro, fue una de las medidas que el gobierno mexicano puso en marcha como una estrategia para evitar el crecimiento de contagios y de posibles muertes por el covid-19. Ello significó un cambio drástico en las dinámicas de amplios sectores de la población estudiantil. En un primer momento se pensó que esta sería una medida de corta duración; tal vez solamente las vacaciones de semana santa de 2020, sin embargo, los días, las semanas y los meses transcurrían y el encierro para los estudiantes seguía su marcha. En el cuerpo de la ponencia se presentan fragmentos de testimonios escritos por un grupo de mujeres estudiantes universitarias en donde ellas relatan cómo fue la experiencia de estar encerrada en casa y desde casa estudiar, trabajar, y convivir con los demás familiares y cómo fue su experiencia pedagógica durante ese largo periodo de encierro. La ponencia pone atención en las narrativas construidas desde las juventudes. Se pretende dar voz a las jóvenes para que sus historias y sus experiencias de vida tengan relevancia y difusión. Las juventudes siempre invocadas, pero pocas veces escuchadas. El trabajo pretende ser un espacio para conocer que sucedió con las juventudes durante un lapso de la pandemia. Cómo se trastocó la vida cotidiana de las jóvenes en sus modos de socializar, como fue su educación a la distancia o virtual, como fue la vida en sus casas, su convivencia diaria, todo esto y otros temas se hacen presentes en sus testimonios. Estos testimonios fueron el resultado de un trabajo desarrollad colaborativo desarrollado con las estudiantes y formo parte de un proyecto que puse en marcha a los pocos meses después de haber iniciado el encierro en casa.