Se presentan avances de una investigación doctoral que parte de la pregunta, ¿cómo se configuró el espacio social transnacional entre Atotonilco (Durango), Ciudad Juárez (Chihuahua) y Dallas (Texas) en la mitad del siglo XX? Es decir, el objetivo es describir los elementos que permitieron la configuración histórica de este espacio social transnacional. Se parte de la premisa que la migración no solo es desplazamiento geográfico o flujo económico, sino como proceso histórico y socialmente vivido, que reorganizó relaciones familiares, formas de pertenencia y memorias colectivas a ambos lados de la frontera.

La etnografía histórica se centra en cómo los sujetos son formados por discursos y prácticas históricas que cambian con el tiempo. Integra el análisis etnográfico de narrativas y de documentos históricos para explorar no solo aspectos políticos y económicos, sino también la cultura, significados, y la vida cotidiana, para captar las experiencias individuales y colectivas en su contexto histórico. Esta doble vía permite reconstruir las formas en que el espacio transnacional fue configurado, no solo por procesos históricos, sino también por memorias, silencios y prácticas cotidianas

Entre los avances que se presentarán destacan la identificación de redes de movilidad articuladas desde finales de los años cuarenta evidencian formas de organización comunal frente a la migración, y la emergencia de narrativas intergeneracionales que otorgan sentido histórico al desplazamiento. Estos elementos permiten observar cómo la migración fue vivida no sólo como necesidad, sino también como decisión colectiva, cargada de agencia, memoria y proyecto. Estos hallazgos permiten pensar la migración como parte de un entramado cultural e histórico que dio forma al espacio social transnacional.