La intensificación de los flujos migratorios en México ha convertido a las escuelas en escenarios clave para enfrentar los retos de inclusión y justicia social que plantea la movilidad humana. Este trabajo tiene como objetivo analizar, desde una perspectiva pedagógica crítica, los desafíos que enfrenta la niñez migrante al integrarse al sistema educativo mexicano, así como identificar estrategias y condiciones necesarias para el fortalecimiento de la práctica docente en contextos de alta movilidad. La reflexión se sustenta en una revisión de literatura especializada. El texto se estructura en tres apartados: primero, se describen los obstáculos más frecuentes que enfrenta la niñez migrante en su tránsito escolar —como la discontinuidad educativa, la desincronía curricular, el duelo migratorio y la incomprensión institucional—; segundo, se sistematizan estrategias pedagógicas eficaces, tales como la flexibilidad didáctica, el acompañamiento emocional, el uso de tecnologías, y la creación de entornos interculturales empáticos; y finalmente, se argumenta la urgencia de una formación docente continua que no solo dote de herramientas técnicas, sino que permita resignificar la práctica desde un enfoque ético, afectivo y transformador. Se destaca la necesidad de superar una visión asistencialista para construir una pedagogía del reconocimiento que asuma a los estudiantes migrantes como sujetos plenos de derechos y saberes. Se concluye que la inclusión educativa no puede depender exclusivamente de esfuerzos individuales, sino que debe articularse con políticas públicas sólidas, protocolos claros y comunidades escolares comprometidas con una visión crítica y humana de la educación.