Última modificación: 2022-08-25
Resumen
El autismo como trastorno neurológico lleva pocos años de estudio, actualmente siguen surgiendo preguntas de las estrategias de salud, sociales y políticas a tomar en el tratado de su espectro y la aplicación de medidas que fomenten la inclusión y soporte para quienes viven con el. En México, de acuerdo a la Secretaría de Salud Pública, se estima que 1 de cada 115 niños padece de algún nivel bajo el trastorno espectro autista (TEA) quienes son atendidos con terapias de lenguaje, ayuda psicológica y psiquiátrica, terapias cognitivas, acceso factible a medicamentos, entre otras acciones para el tratamiento que “permita a los menores adaptarse a su entorno social y logren su autonomía lo más normal posible” (IMSS, 23 de junio 2020).
Para lograr una asimilación exitosa del sector espectro autista dentro de la sociedad, es necesario desarrollar un manejo inclusivo desde el encuentro primero del infante a la comunidad: la escuela. Con este fin se crearon programas como Unidades de Servicio de Apoyo a la Educacion Regular (USAER) y Centros de Atención Múltiple (CAM) los cuales tenían como intención proporcionar las herramientas necesarias para la atención, orientación y asesoría en el manejo de casos presentes de autismo, con el fin de sensibilizar y concientizar en un esfuerzo equiparal de docentes y padres de familia en la asistencia de la formación de los niños, niñas y adolescentes. Sin embargo, los programas, en especial la USAER, apenas parecían armar las primeras piedras de cimento en su estructura práctica cuando se dieron retrocesos gigantescos en toda aplicación de sus funciones. Faltas del personal en las escuelas, cambios en el manejo de enseñanzas que pasaron de fomentar la inclusión dando lecciones en grupos enteros, al aislamiento de los alumnos atendidos moviéndolos de aula para impartir clases especiales, son solo algunos ejemplos de las deficiencias que solo fueron en aumento con el paso de los años. Para muchas familias este era el único acceso a una educación inclusiva y una vez el programa se rezagó, así mismo lo hicieron los alumnos que requerían soporte adicional en su instrucción dejándolos en manos de docentes cuyos métodos de enseñanza resultan poco satisfactorios para niños neurotípicos, cuánto más para aquellos con dificultades del aprendizaje.
Resulta ineludible pues el cuestionarse qué llevó a una de las pocas designaciones sistemáticas centradas en la atención escolar para niños, niñas y adolescentes con discapacidades, actitudes sobresalientes, trastorno del espectro autista, dificultades severas del aprendizaje, conducta y/o comunicación en situación de vulnerabilidad y riesgo a un declive de calidad en material y reducción de personal asistidor.
En una búsqueda para un análisis con efoque jurídico administrativo apoyado en una visión humanista en el marco normativo de apoyo para una concieciación de la importancia a la accecibilidad educativa como derecho constitucional y establecido en los instrumentos internacionales de derechos humanos fundamental e integral hacia una sociedad inclusiva que celebre su diversidad, y demostrar sus efectos cuando estas no se ven atendidas.
En el camino al desglose de la información se hará uso de un marco metodológico mixto que observe la distribución activa de programas tales como Unidades de Servicio de Apoyo a la Educación Regular (USAER) y Centros de Atención Múltiple (CAM), los fondos presupuestados a su servicio y aplicación en materiales didácticos, cursos, talleres e infrasestructura, así como entrevistas cualitativas que indaguen sobre la experiencia de los alumnos partícipes de alguno de los programas, padres de familia, docentes y trabajadores de los centros.