Última modificación: 2023-11-16
Resumen
Los colorantes orgánicos se utilizan extensivamente en las industrias de producción de papel y pinturas y en la industria textil. Se ha estimado que existen más de 10,000 colorantes diferentes disponibles en todo el mundo, con una producción anual de alrededor de 7 × 105 toneladas. En la industria textil, hasta el 50% de los tintes aplicados no se adhieren a los tejidos y se eliminan como aguas residuales coloreadas, las cuales en principio, deben ser tratadas antes de ser vertidas en diferentes cuerpos de agua, puesto que los contaminantes coloreados tienen una influencia negativa en la actividad fotosintética de la vida acuática debido a su fuerte absorción de luz visible. Además, la exposición a niveles elevados de algunos pigmentos puede ocasionar daños graves a los seres humanos en órganos vitales y debido a estos efectos peligrosos, es de gran importancia eliminar estos colorantes del agua potable. En consecuencia, el tratamiento de efluentes con colorantes representa un reto para la preservación de la calidad ambiental y la sostenibilidad de las industrias textiles. Se han reportado métodos ampliamente utilizados para la degradación de colorantes del medio acuoso, incluidos procesos biológicos, adsorción, intercambio iónico, procesos fotocatalíticos entre otros. Sin embargo, poseen inconvenientes tales como los altos costos operativos y de capital requeridos para los procesos de membrana, el alto consumo de productos químicos, entre otros. Los procesos de degradación electroquímica han despertado gran interés para el tratamiento de medios acuosos con contaminantes orgánicos, ya que tiene ventajas sobre sus contrapartes en términos ecológicos, requerir equipo y operación más sencillos, no formar lodos y relativamente mayores eficiencias de eliminación. En especial los colorantes como azul de metileno, rojo-40 y amarillo-5 forman parte de los colorantes más empleado en la industria alimenticia y textil, y por lo tanto, siendo los más encontrados en aguas residuales. En este trabajo se propone desarrollar un método para degradarlos electroquímicamente mediante oxidación anódica, utilizando electrodos de diamante dopado con boro en un intervalo de concentraciones de 50 a 80 ppm.