La Organización Panamericana de la Salud [OPS] (2020) estima que, al término de la pandemia mundial del virus SARS- CoV-2, una de cada cinco personas podría presentar una grave salud mental, aunado a las adicciones que son enfermedades mentales, también hay factor de riesgo que se incrementen o se agraven, debido a que su comorbilidad psiquiátrica es muy elevada.

El objetivo de este trabajo es revisar las afectaciones que ha traído la pandemia global COVID-19, las repercusiones que se presentan en los consumidores de drogas, ya que son muy diversas, desde el detenimiento de los tratamientos residenciales de forma presencial, la ausencia de los grupos de auto/ayuda, además de que existe mayor riesgo que nuevas personas empiecen el consumo de drogas, ya que es una forma de sobrellevar el estrés y ansiedad, generados por el aislamiento social. En este sentido, también existe riesgo de que usuarios recuperados recaigan, ya que las personas con adicciones y su forma de actuar ante el estrés, puede ser el consumo, debido a que hay desequilibrio emocional, vuelven a consumir, debido al aburrimiento y frustración, ya que son factores de riesgo para esta población.

Aunado a lo anteriormente comentado, no se puede dejar de lado, todas aquellas conductas de riesgo que presentan los consumidores de marihuana, cigarrillos, vapeadores, pipas de agua, jeringas, etc. que son formas de consumo donde el virus se puede propagar rápidamente entre los drogodependientes.

Por otro lado, las drogas inhaladas, como la piedra, cocaína, etc. Necesitan mención aparte, ya que su vía de administración hace que el aparato respiratorio sufra daños por la inhalación crónica de partículas y sustancias tóxicas, por lo que los usuarios de estas drogas son más susceptibles a adquirir la infección del COVID-19 y a su vez tener consecuencias más graves.