La violencia es un problema de salud basado en esquemas de poder y desigualdad que ocasiona daño psicosocial a quienes son víctimas, provocando daños físicos, sexuales, emocionales, sociales, económicos, entre otros, incluso la muerte.

Es de saberse que las mujeres suelen ser víctimas potenciales, quienes además han reportado sufrir agresiones por periodos prolongados de tiempo principalmente por parte de una o varias personas que forman parte de su familia, comunidad o grupo que terminan creando una dinámica casi permanente de conflicto. Dentro de la violencia hay una clasificación enfocada al género, que dentro de la cultura y contexto actual mexicano ser mujer resulta en un alto factor de riesgo para ser víctima. Por ello es importante que como mujeres quienes hayan sido violentadas cuenten con redes de apoyo e identificación de los factores protectores con que puedan contar. Existen diversas técnicas de afrontamiento que consisten en pensamientos o acciones que capacitan a las personas para poder manejar situaciones que sean traumáticas y demandantes cognitivamente. Dentro de estas técnicas de afrontamiento existe la técnica de confrontación, planificación, distanciamiento, autocontrol, aceptación de responsabilidad, evitación, o búsqueda de apoyo social.

Esta investigación se realizó con el objetivo centrado generalmente en analizar el impacto de la religión y pertenencia a la misma, en mujeres que han vivido experiencias de violencia, en el municipio Flamboyanes de Progreso, Yucatán.

De igual forma, se llevó a cabo desde el enfoque cualitativo mismo que se enfoca en la comprensión y profundización de los fenómenos, realizando un análisis desde la perspectiva de los participantes y su contexto con el objetivo de comprender la percepción que hay en los individuos y grupos de personas que serán parte de la investigación, sobre situaciones, experiencias y su percepción subjetiva de su realidad. El diseño de la investigación, fue el fenomenológico, el cual tiene como objetivo el describir los fenómenos específicos de interés son vividos y experimentados por los individuos.

Ahora bien, para la selección de participantes se establecieron criterios para que se pudiera delimitar la población con la que se trabajaría. Los sujetos debieron ser mujeres con edad mínima de 20 años entre 60 años, que pertenezcan a alguna institución religiosa y un grupo dentro de la misma, así como haber pasado por alguna situación de violencia a lo largo de su vida. Para la obtención de participantes se empleó muestreo no probabilístico en el cual no se tiene certeza de que la muestra seleccionada sea representativa

Para la recolección de información el instrumento que se utilizó fue la entrevista semiestructurada en la que se buscó conocer las creencias de los participantes sobre ciertos fenómenos como la violencia, la religión y el sentido de pertenencia a un grupo, lo que exigió la realización de una herramienta que pudiera permitir la obtención de información de la experiencia individual.