En este momento hay un fuerte debate sobre los impactos sociales, ambientales, económicos y culturales, que un proyecto como el del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec traerá al estado de Oaxaca y a la región sur, en general. Como estrategia de desarrollo se está hablando de un programa, que a nivel global representa uno de los mayores desafíos en la toma de decisiones que influirán en el crecimiento de las comunidades; se busca encontrar un equilibrio entre bienestar social, uso de las capacidades locales, organización e integración de recursos, respeto a las formas sociales y culturales. El concepto de capital social ha sido abonado en diversos factores durante años, ya sea en la creación de redes y formas de participación civil y reglas o instituciones formales e informales y normas de reciprocidad, han sido observadas como factores individuales, el capital social los retoma y los conjuga de manera colectiva.

A través del concepto de capital social se pueden ver formas en las que las comunidades del Istmo de Tehuantepec se organizan para la toma de decisiones, así como para crear puntos de acuerdo con relación a la llegada o imposición de proyectos como el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT): a través del concepto de capital social entendido como una capacidad organizativa que tienen las comunidades, es a partir de esta capacidad que las mismas comunidades toman un papel relevante frente a la llegada de un megaproyecto, el cual implica tensiones que conlleva tanto aceptaciones como negaciones acerca del mismo. Es por medio del concepto de capital social, por el cual vemos las diferentes formas organizativas de las comunidades para responder al estimulo llamado mega proyecto del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec.