Cuatro fenómenos luminosos permiten construir un sólido puente entre física y matemáticas.

I: Observar la reflexión de la luz en un espejo plano. El resultado: ángulo de incidencia igual al ángulo de reflexión. Es la Ley de Reflexión de la Luz.  Su gráfica, una línea recta.

II: Observar el paso de luz, entre el aire y un acrílico o un vidrio. El triángulo de incidencia y el de refracción contribuyen a encontrar trigonométricamente la proporcionalidad dada en la Ley de Snell para la Refracción.

III: Observar y medir la variación del área iluminada como consecuencia de variar la distancia a la fuente luminosa. Visualmente, notaremos la disminución de la intensidad luminosa al repartirse en un área mayor al aumentar la distancia a la fuente de luz.  Experimentalmente, tenemos los conceptos de proporcionalidad directa e inversa.

IV: Dejemos al Sol dos vasos con agua, uno negro y otro blanco, con un termómetro en ellos. Horas después, la temperatura del agua en el vaso negro aumentó más que agua del blanco. El resultado, la luz es calor, y los materiales lo absorben y reflejan según el color de ellos.

Conclusión: La óptica permite: observar, medir y sintetizar un fenómeno físico.