Última modificación: 2024-07-23
Resumen
El rechazo que hace Keynes del segundo postulado clásico, que consiste en que el salario real es igual a la desutilidad marginal del trabajo, da cuenta de la asimetría que existe entre empresarios y trabajadores en la determinación del nivel de empleo. Esto da lugar a la posibilidad de equilibrio, en los mercados de bienes y de títulos, con desempleo involuntario. Este aspecto es acorde con la idea, contraria a la teoría tradicional, de que el desempleo es un fenómeno normal en las economías de mercado que funcionan sin fricciones o intervenciones gubernamentales. Asumimos que esta oposición es la esencia del mensaje que busca dar Keynes en la Teoría General. Mediante un modelo walrasiano de equilibrio general argumentamos que el rechazo del segundo postulado clásico no es suficiente para tener como resultado un equilibrio con exceso de oferta de trabajo. Hace falta suponer que el trabajo y el dinero tienen un estatus teórico diferente al de las mercancías. De lo anterior se deduce que el salario no es un precio sino una variable distributiva, además de que el dinero debe llegar a las manos de los individuos mediante un proceso de emisión monetaria. Tales condiciones sobre el trabajo y el dinero implican un cambio en la manera de abordar la flexibilidad de salarios y su relación con la política económica. Más concretamente, se deshace el vínculo entre la flexibilidad de salarios y la política de laissez faire laissez passer.