Última modificación: 2024-06-04
Resumen
El objetivo de este trabajo es examinar cómo se (re)configuran y codifican los cuerpos animales en ocho logotipos utilizados por diversos establecimientos como gimnasios, estudios de tatuajes, carnicerías, billares y bares, al revestirlos de “humanidad”. Hablamos de una “humanidad” muy específica que dota de presencias legítimas a determinados animales (tigres, leones, perros, cerdos, roedores, rinocerontes y monos) en una geografía, un espacio urbano habitado por transeúntes que se vuelven consumidores en esos establecimientos. Tomando como punto de partida un marco teórico-metodológico que rescata la interseccionalidad de género, en particular dos tipos de “discriminación interseccional”: las habilidades físicas y la apariencia, observaremos que tales configuraciones se convierten en lo que denominamos “espejos animales”. Estos espejos reflejan (de manera violenta pero legítima) cómo se desearía ser, cómo se debería lucir físicamente, cómo se debería cocinar un alimento (un ser humano, por ejemplo) o cómo se deberían disfrutar algunas actividades recreativas, a través de una serie de corporalidades antropomorfas. Ahora bien, esas corporalidades están confinadas a encarnar estigmas o estereotipos masculinos que remiten al machismo, los vicios y el racismo, por mencionar algunos. En este sentido, los “espejos animales” buscan pervivir y (re)producir las diversas violencias y encasillamientos contenidas en la masculinidad hegemónica. Ello nos permite concluir cómo las geografías animales se transforman en cartografías humanas inscritas, o rotuladas, en un cuerpo antropomorfo que habita, e invita, a experimentar algunas actividades cotidianas en la Ciudad de México. Es decir, este trabajo es una aproximación metodológica que nos permite rastrear cómo se codifican y configuran los territorios animales en el espacio geográfico urbano.