Durante milenios la humanidad ha utilizado múltiples tecnologías para la guerra, ya sea para luchar, comunicarse, transportarse o sanarse. En la actualidad, las fuerzas armadas más avanzadas del mundo emplean la Inteligencia Artificial (IA) en distintas áreas, entre las que sobresale la educación. El ámbito educativo constituye uno de los pilares de las instituciones castrenses, porque en sus academias, escuelas y centros de estudios se forman o se actualizan militares de diversas jerarquías. Cabe destacar que la instrucción del factor humano solo representa uno de los aspectos a considerar, también es necesario tener en cuenta las potencialidades en innovación que la tecnología en cuestión podría ofrecer.

Debido a la amplitud de posibilidades del uso de la IA en la educación militar, solo nos centramos en el análisis de sus alcances cognoscitivos y éticos. Por un lado, es fundamental esclarecer tanto las transformaciones pedagógicas como organizacionales que implica la adopción y gestión de la IA, para la formación de militares profesionales o investigadores; por el otro, hay que pensar en sus implicaciones éticas, lo cual significa cómo fomentar su uso como una herramienta que conglomera datos, que contribuye a la toma de decisiones, y no en un medio que propicie la deshonestidad intelectual.

En Argentina, Brasil y España ya se han comenzado a estudiar los efectos cognitivos y éticos de la IA. Las reflexiones que aportan los académicos hispanoamericanos son valiosas, dadas sus aplicaciones y potencialidades; sin embargo, también debemos observar el mundo anglosajón, para comparar perspectivas. La adopción de la IA en los sistemas educativos militares, sin duda, representa una modernización profunda, ya que pone a disposición de todas las jerarquías una serie de conocimientos que se podrían capitalizar en beneficios tanto humanos como materiales. Asimismo, la cultura organizacional de las instituciones castrenses se transforma.